La temida primavera ha aterrizado ya en nuestras vidas, dejando los siempre habituales efectos secundarios consistentes en alergia, catarros, clima nefasto, lluvias y aires acondicionados encendidos prematuramente por gentuza exagerada con el único objeto de congelarte la coronilla y provocarte otro catarro solapado con el que ya posees. Por otra parte, todo sigue inmutable al paso del tiempo. Un martes más, tras caminar volviendo del curro bajo la lluvia traicionera primaveral, esa que deposita gotas sobre tus gafas de sol, restándote actitud rockstariana, y convierte los bajos de tus pantalones en compresas húmedas que al quitártelos dan un poco de asco, una rápida mirada al buzón me demuestra que allí dentro también sigue todo igual. Cartas del banco, propaganda de compañías de telefonía e internet que ofrecen más megas de los que necesito, propaganda de pizzerías a las que no creo que vaya en un futuro cercano, una amenaza de muerte manuscrita por mi vecina, la cual no considera tan necesario como yo escuchar a Antiproduct a volumen elevado cuando me levanto antes del alba, y una postal de las tortugas ninja de 1990. Lo de siempre. Mierda, qué aburrimiento. Eh? Oh sí, una postal de las tortugas ninja editada en 1990, eso no es tan habitual como las cartas del banco, no es así? Quizá este día no sea tan aburrido como parecía en un principio.

Sé que estáis pensando que me he enviado esta postal a mí mismo y, aunque no es algo que descartaría hacer en alguna ocasión todavía por llegar, tendría que haberlo hecho muy borracho para no recordarlo y así potenciar el efecto sorpresa, y no he tenido resaca en un par de semanas. No, esta postal proviene del pasado, concretamente de 21 años atrás, pero también proviene del presente y de un lugar relativamente lejano, teniendo todo ello una explicación muy sencilla. Branded in the 80s es la web de Shawn Robare, el cual, a pesar de poseer un apellido que induce a no dejar desatendido nada de valor a su alrededor, escribe con bastante más asiduidad que yo artículos muy guays sobre un montón de temas que me molan, casi siempre relacionados con cosas viejas de la década de los ochenta, y que abarcan un rango que va desde análisis de dibujos animados hasta cartas coleccionables, pasando por juguetes variados y scans del año catapum chim pum thump thump gwrroarr kerrang bang. Aparte de la mencionada alta frecuencia de actualizaciones que envidio, su web también tiene un diseño muy majo, muy limpico, muy diáfano y escoscado que me gusta observar en esos momentos de debilidad en los que siento que Satán viene a por mí montado en un corcel de fuego azul. En definitiva, soy lector asiduo de Branded in the 80s y os invitaría a todos y todas vosotros y vosotras a que le echarais un ojo. Como Shawn es norteamericano, la web está escrita en inglés, claro está, pero sé que habláis un poco de speak English aunque sea un poquito a little bit of English alright.

Hace unas semanas, Shawn comentaba en su web que se había hecho mágicamente con una colección de postales de las Tortugas Ninja, editadas en 1990 pero que se habían mantenido nuevas, impolutas y sin abrir hasta ahora. En lugar de archivarlas en un cajón y abandonarlas al olvido cruel del tiempo, Shawn había decidido escribirlas y enviarlas por correo ordinario a los visitantes de su web que así lo desearan, cumpliendo así el objetivo principal que suelen tener las postales: ser enviadas por correo y, como función secundaria optativa, dar envidia de tus vacaciones a los pobres hijos de puta que se han tenido que quedar currando en la ciudad y sudando como ciervos perseguidos. El sentimiento denominado «hey, cosas gratis!» se ve multiplicado por cien en mi caso cuando se trata de «hey, cosas gratis de 1990!», y a su vez por mil cuando es «hey, cosas gratis de 1990 DE LAS TORTUGAS NINJA!». Con lo cual, ya sabéis quién fue uno de los primeros especímenes en enviar un e-mail a Branded in the 80s suplicando recibir una de esas pequeñas maravillas postales. Fast-forward un par de semanas y llegamos al día de hoy, en el que la lluvia gris ha dejado por un momento de ser la protagonista, dando paso a cuatro tortugas haciendo el imbécil.

Mucho llovió desde las Tortugas Ninja originales de Eastman y Laird, cuando en 1984 eran un comic underground en blanco y negro, oscuro, tenebroso, relativamente violento y con unas tortugas que no inspiraban muchas ganicas de abrazar y besar. Pocos años después, alrededor de 1987 y con la explosión de popularidad de las Tortugas a punto de alcanzar su máximo apogeo, apareció la serie de televisión, la colección de muñecos, la violencia disminuyó en un 240%, y la apariencia de las cuatro tortugas protagonistas sufrió una evolución radical. Comenzando por las máscaras que cubren sus caras, inicialmente todas rojas y después con un color diferente característico de cada tortuga, el estilo de dibujo pasó de ser siniestro y sucio a ligeramente homosexuado. Las Tortugas Ninja se comenzaron a editar en cómics de todo tipo, historias cortas, libros, llaveros, pósters, tazones, camisetas y chapas, dibujadas por muchos artistas diferentes, creando algunos de ellos versiones de las tortugas bastantes majicas y otras un poquitín aciagas.

Las tortugas de mi postal son, casualmente, del tipo aciago. Observadlas por un momento. Hay algo que no soy capaz de definir, pero que no está del todo bien con estas tortugas. Tal vez sea que poseen un aire extremadamente obeso que no viene muy a cuento, como si fuera un grupo de tíos con la camisa por fuera que salen de comer como cerdas y con los mofletes rojizos de una cena de sábado noche y se van a bares de pachanga para entrar con bromitas y gin-tonic en mano a tías bastante más jóvenes, mientras danzan al son del Waka-Waka. Mi Tortuga Ninja favorita solía ser Donatello, pero en esta postal no lo es, ya que, a juzgar por esta estampa, parece el más imbécil de todos. Mi tortuga favorita aquí es Leonardo, líder del grupo y componente serio y cabal. Y si no, mirad con qué estudiada pose interesante, a la par que preocupada y soñadora, observa la luna llena reflejada en el cristalino y tranquilo mar, mientras parece preguntarse «cuál es mi VERDADERA misión en la vida, si es que ésta realmente existe?». Leonardo va a ligar esta noche, los otros tres seguramente no. Y mañana tendrán resaca de las malas.

Shawn fue lo suficientemente amable y detallista como para escribir a mano un mensaje distinto en todas y cada una de las 24 postales que envió a la gente que las pidió, lo cual, traducido a mi habitual velocidad de realización de tareas, me habría supuesto cuatro o cinco semanas de arduo trabajo, en el caso de que hubiera escrito las veinticuatro y no hubiera dejado el proyecto tirado a mitad como el resto de las cosas. En la mía comenta que es bastante guay contactar con un lector de España, y se interesa por las playas de la península ibérica, a pesar de que supone bien y mi ciudad por desgracia no posee ninguna playa extremadamente cercana. Tal como le comenté, las playas españolas son motivo de excitación por parte de prácticamente todos mis amigos extranjeros, pero mis amigos extranjeros son principalmente alemanes, suecos y alguna francesa, mientras que Shawn me comenta que estuvo viviendo en Florida una temporada. Habiendo visitado yo mismo Florida y alrededores hace tres mil años, básicamente cuando las Tortugas Ninja disfrutaban de su primera ola de popularidad, me veo en la necesidad de apuntar que las playas de Florida no tienen mucho que envidiar a las españolas, las cuales probablemente no impresionarían a un ex-floridense. Aunque sobre las playas españolas solía revolotear un avión lanzando balones hinchables de Nivea, lo cual dudo que ocurriera en Florida. Take that, Florida.

La temida primavera ha aterrizado ya en nuestras vidas, se trata de una estación que aborrezco desde lo más profundo de mi caja torácica pero, si su pistoletazo de salida ha sido disparado por tres Tortugas Ninja de 1990 brincando alegremente por el bosque, mientras una cuarta contempla la luna llena en posición esperanzadora, no puedo hacer más que trasladar esa esperanza al interior de mi mencionada caja torácica y estar satisfecho porque, de momento, este comienzo de la primavera ha sido mucho mejor que el de los últimos 64 años.

Oh, casi lo olvidaba. Shawn pidió a los destinatarios de todas las postales que se hicieran una foto con la suya cuando hubiera llegado sana y salva a su destino y se la enviaran, con la intención de hacer un compendio de gente alrededor del mundo cuyo comienzo de primavera ha sido marcado por Tortugas Ninja de 1990. Es muy probable que algún día, en un futuro cuasi-inmediato, me arrepienta de haberme hecho esta foto pero, si no la compartiera con vosotros y vosotras ahora mismo, me sentiría desnudo.