¿Qué fue aquello que balbuceaba aquel tipo extraño con el que te cruzaste esta mañana? ¿Qué clase de flyers estaba repartiendo esa chica fea a la que diste esquinazo cruzándote de acera para ni tan siquiera tener que decir «no, gracias»? La noticia surca los cielos a la misma velocidad con la que se pone duro el pan que compraste ayer y confiabas en comerte hoy. No-Söund Effect, la banda zaragozana en la que vuestro humilde servidor ejerce de bajista y cantante, simultáneamente nada menos, y en la que invierte el tiempo en el que no está durmiendo o pensando en construir un cohete para emigrar a la estratosfera, acaba de editar un nuevo EP.

Michael Jackson, en su floreciente época adulta, tardaba unos cinco años de media en editar cada nuevo disco. Boston dejaron pasar ocho años entre su segundo disco y el tercero, el cual encima era un poco caca. Kate Bush pasó poco a poco de dejar un márgen de dos años entre disco y disco a nada menos que doce. Y Axl Rose invirtió algo así como setenta lustros en sacar a la venta Chinese Democracy, para que finalmente no gustara demasiado a nadie. En No-Söund Effect no llegamos a tales extremos, aunque tampoco nos alejamos demasiado de esas cifras puesto que nuestra última referencia discográfica data de un año que rimaba con face, si se pronuncia esa palabra en inglés. Así, la buena noticia es que tardamos menos que Kate Bush en editar un disco, y la mala es que ninguno de nosotros tiene las piernecicas de Kate ni sabe realizar sus famosos y armoniosos movimientos de ballet, aunque nuestro guitarrista Sergio en ocasiones se acerque a ello y provoque intranquilidad al resto de los asistentes.

Bitter Jam son cinco canciones y unos 23 minutos de duración. ¿Por qué tan corto? Porque creemos que, en un mercado tan saturado y adulterado como el panorama musical actual, es necesario una revolución y reemplazar el concepto de disco repleto de canciones-relleno de usar y tirar por el de un formato más corto y directo. ¿Cuál es, Micki, el motivo verdadero, y no toda la mierda falsa que acabas de escribir, os preguntaréis? Pues que, si hubiéramos tratado de grabar cinco canciones más y llegar a las diez, habríamos tardado tanto tiempo que los simios con ballestas se habrían convertido en los dueños del planeta Tierra y, como bien sabéis, los simios no compran discos sino que los roban a sus esclavos humanos a golpe de látigo con pinchos. De todas formas, pese a que la duración del EP (Extended Play para los no pedantes) haya sido motivada en gran parte por asuntos relacionados con la escasez de tiempo libre, lo cierto es que el resultado es realmente apropiado para escucharlo entero y no sentir que has tirado a las cloacas una preciosa hora de tu vida. En la mayoría de los discos solemos acabar saltándonos dos o tres canciones, o la balada con nombre tipo «Rainy Day Without You» que haría poner cara de asco incluso a una estatua de bronce, o la intro estúpida de dos minutos con un viejo hablando. Si la música es buena, es imposible que un EP de cinco canciones aburra, y Bitter Jam es buena música. A mí me aburre, porque lo he escuchado trece mil veces buscando fallos, pero a vosotros y vosotras no.

El estilo de No-Söund Effect es un poco complicado de definir. No, en serio, no es como cuando alguien dice que su grupo es metal progresivo renacentista tardío y luego en realidad es mentira y suena a Iron Maiden con letras acerca de qué complicado es ser jevi en esta puta soziedad. Tenemos una mezcla de estilos, seguramente propiciada por el hecho de que somos el único grupo del mundo en el que no existe ni tan sólo una influencia que guste a los cuatro miembros. Al batería Fernando y al guitarrista Ismael les fascinan grupos como Dream Theater y Opeth, a los cuales me gustaría enterrar bajo una losa para que no salieran jamás. A mí me encantan The Wildhearts, Stormwitch, Mötley Crüe, Stryper, The Zeros o Viper, grupos que en su totalidad provocan o bien repugna o bien indiferencia en mis compañeros Fernando, Ismael y Sergio. A Sergio le mola el blues, y a nosotros para un ratillo también. A Sergio también le gustan Gary Moore e Yngwie Malmsteen, los cuales a Fernando y a mí nos dan bastante igual, pero que a Ismael no le parecen mal del todo. Sergio y yo idolatramos los dos primeros discos de Iron Maiden, pero Ismael es más de la época Bruce Dickinson, y a Fernando el tema Iron Maiden le interesa tanto como observar una puerta recién pintada. Podría seguir, pero me acabo de dar cuenta de que llevo trescientas palabras hablando de lo mismo. Todas estas desavenencias crean el «estilo No-Söund Effect», del cual estoy bastante orgulloso porque es realmente un estilo propio, pero que es tan difícil de encasillar que cuando alguien me pregunta «¿y qué tipo de música es?» siempre me veo obligado a salir corriendo como una comadreja y quedo como un tipo huraño.

Siguiendo el más puro estilo DIY, que significa «do it yourself» o «hazlo tú mismo» y lo llevaban pintado los punks con Tipp-Ex en la chupa, casi todo lo referente al disco lo hemos hecho nosotros. Ismael realizó una labor elefantina de grabación y mezcla que en la cual estimo que invertiría unas tres mil horas de su vida que jamás volverán. Solía hacerme gracia cuando me decía «el domingo me levanté a las seis de la mañana y me fui a mezclar», mientras yo estaba durmiendo la resaca, hasta que comprobé que era cierto. Las fotos de portada y contraportada las hizo Fernando, siguiendo un fabuloso concepto de mermelada y clavos que vino a mi mente un día en el que sorprendentemente me desperté de buen humor y, utilizando mi afamada técnica caricaturesca, cuyo resultado son dibujos que a veces se parecen a las personas y otras en absoluto, ilustré las páginas del libreto con cada uno de nosotros inmerso en una escena relacionada con la temática de la canción. Finalmente, el disco fue masterizado por Christian Wright en los estudios Abbey Road de Londres. Sí, donde mataron a Bob Marley.



¡Cinco canciones en perfecto inglés! ¡Un estilo que tiene algo para cada persona! ¡Rock, pop, jevi, e incluso un toquecillo progresivo! ¡Un diseño y un libreto hechos con amor, durante varias noches en vela a la luz de una vela, valga la redundancia! ¡Y ahora puede ser totalmente tuyo por 5 euros, con gastos de envío incluidos a todo el universo! ¡Incluso si vives en soledad debajo del anillo de Saturno! ¡Y, si así lo deseas, te lo firmamos, nos hacemos una foto con él y disfrazados de murciélago, y te la enviamos! Simplemente tienes que hacer click en el botón de más abajo para comprarlo con PayPal a través de www.nosoundeffect.com, o envíame un e-mail a micki@escalonimaginario.com. Las posibilidades son infinitas, y uno de estos discos quiere viajar hasta tu casa y darte las gracias en persona.